martes, 28 de febrero de 2012

Su serie de contradicciones


Sólo echaba de menos esa mirada, con esos ojos suyos tan cálidos, que imitaban a un chocolate ardiente en una tarde fría de invierno y esos labios que habían sido suyos durante algún tiempo y que únicamente imitaban a que le desease más. Por el resto, ella creía que ya no extrañaba nada más. Sentía una especie de libertad dentro de ella, pero seguidamente le acompañaba un vacío, helado como un pequeño copo de nieve, sin nada bueno que ofrecerle.
Recordaba los momentos a su lado. Algunos eran vulnerables, otros eran inmejorables y el resto... Ella se conformaba con decir que no pedía nada más, que se amoldaba a lo que tenía ya que poseía un insignificante  fragmento de su vida de adolescente, aquella juventud suya que pretendía vivir al final de una copa de vodka barato, día sí y día también, pero que con el tiempo, muy cara pagaría, ya que sus pecados conllevarán a la más fría soledad.
Aún se imaginaba en ese mes de julio, dónde su vida y su felicidad, todo por lo que había luchado, daría un giro. Cuando probó por primera vez el veneno, el elixir prohibido; aquel 25 de julio, dónde ilusa de ella, pensó que navegaría por un mar infinito de alegrías y sonrisas dónde solo iba a vivir la verdad. No sabía hasta que punto se equivocaba. Se hundió en la más temible de las tormentas.
Él sólo fue una fuente de constante sufrimiento, de dónde emanaban otros sentimientos cercanos al dolor.
Pese a todo, pudo asegurar que él fue su primer gran amor, su pequeña ilusión y su gran castigo. Fue un buen saludo, y la peor de las despedidas. Fue un gran beso, el mejor de todos. Fue varias e innumerables sonrisas  pero también fue un gran océano de lágrimas. Fue sacrificio, dolor, alegría... Una serie de contradicciones que nadie hubiera comprendido jamás. Durante esa época ella fue lo peor, y lo mejor. Los mejores momentos que había vivido en su frágil vida que sólo contaba con diecinueve años habían sido a su lado, aunque hubiera preferido, quizá, que no hubiera sucedido así.

Él fue lo más duro que hizo jamás, fue su decisión más severa: su adiós para siempre.

2 comentarios:

  1. Es precioso y tan tan abrumador, increíble

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  2. Me gusta guapis;) Tienes talento.
    Te dejo mi blog va? tanimprescindiblecomorespirar.blogspot.com

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