miércoles, 18 de abril de 2012

Manos manchadas de sangre



Todo empezó un día tachado de primavera pero en el cual llovía a morir. Sólo caía eso, agua, de todas partes, de mí cara también. Caminaba errante por la ciudad, sin parada fija ni hogar a donde acudir. Fue la noche donde lo perdí todo.  
La fiesta, las copas de más, la discusión. Intentaba huir pero me di cuenta que cuando más intentas escapar, más pequeño es el mundo. La lluvia no hacía otra cosa más que perseguirme, pero en realidad eso me gustaba, tapaba mis lágrimas, un poco de mi dolor. Estaba empapada, de rabia, un odio que llegaría un momento que no entraría dentro de mí.No sólo me seguía el agua, también lo hacía ese recuerdo.
No me dio tiempo a despedirme, a decirle que le había querido como a nadie, con ese amor que sólo nace una vez, con ese amor alcohólico. Se fue a otra parte, en mis brazos, y ahora lo único que tenía de él, eran mis manos manchadas por su sangre.  

1 comentario:

  1. ¡Se me han puesto los pelos de punta! Tienes un método de narración propio y es.. alucinante. La frase; "Intentaba huir pero me di cuenta que cuando más intentas escapar, más pequeño es el mundo." Tiene un significado muy, muy real. Al igual que todo lo que escribes :)

    ResponderEliminar