miércoles, 30 de noviembre de 2011

Tierra de cristal


Las huellas del dolor, dejaban su rastro en esa joven arena. Esa tierra de cristal que hería poco a poco su alma.
Estaba encogida, entre una vida de dolor, algo, que ella no había elegido.
No había saboreado jamás un amor tierno, algo sincero. No sabía nada acerca de ese sentimiento. Sólo se había dedicado a entregarlo , como un mero regalo que ofrecía su cuerpo a cambio de...tiempo, suponía. Había destinado su existencia a distintas adversidades, dónde el protagonista no era otro que un hombre, el cual había teñido sus días de un color que a ella no le agradaba demasiado.
Se miró al espejo, y comprendió en lo que se había convertido, en una presa del dolor. Durante los últimos meses, se había encerrado en su propia cárcel, la del miedo y, eso era lo peor en esos momentos.
Coloreó sus ojos, para que pareciesen más tiernos y joviales. Se pintó las uñas de un color fresco y se puso guapa como nunca. Decidió hacer desaparecer cualquier rasgo de su nostalgia.
Una tímida y un poco olvidada sonrisa, empezaba a cicatrizar los malos recuerdos, ahora, era suya y, estaba orgullosa, aprendería a ser feliz, a reconstruir las páginas del libro de su vida, miraba al mar, y, sólo esperaba que una gran ola destruyera todo lo ponzoñoso que tuvo algún día.

1 comentario:

  1. Me has dejado alucinada.. Y no sabes lo que comprendo tus palabras, la lucha por sobrevivir e intentar pintar otra vez una sonrisa en la cara es muy muy difícil.
    Me encanta como escribes corazón :) Un besazo.

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