jueves, 16 de febrero de 2012


Soy esa chica de 25 años que en realidad aparenta 17. Soy la que camina durante horas por una ciudad que parece marchitarse por momentos, y mi única compañía es esa canción que pretende complicarme más las cosas, esa melodía que está siempre en mi cabeza. El volumen de mis cascos es tan alto que no oigo el ruido de este lugar que nunca duerme y miles de rostros anónimos me observan. Miran mis ojos de niña, preguntándose tal vez quién hizo qué cultivasen tantas y tantas heridas.

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